MOMENTOS PUNTUALES

"Que poca vergüenza"

Hace unos días, tuve la desagradable ocasión de escuchar una conversación, que por el lugar, me fue imposible intervenir en ella, solo pude decir lo suficientemente alto para que la persona en cuestión lo oyera: “QUE POCA VERGÜENZA”

 

Esto es lo que aconteció:

Una señora no muy mayor, estaba ojeando una revista y vió unas imágenes de Mari Lo, creo que presenta un programa por la mañana en TVE1 (después de que se fue miré la revista para saber que había propiciado dicho comentario) Esta chica estaba paseando con su nuevo amor, pues se había separado.

 

Comenta la señora (de señora y mujer tiene bien poco): desde luego, las mujeres son todas unas brujas.

 

La chica que la estaba atendiendo le dice “¿acaso no tiene derecho?.

 

Sñra: Con el marido tan estupendo que tiene

 

Chica: A saber lo que pasa de puertas para adentro, a lo mejor, no es todo tan bonito como se ve desde fuera.

 

Sñra: Las mujeres (ella debe ser un orangután) son todas mucho mas retorcidas que los hombres.

 

La chica: Claro, eso UD. lo dice porque tiene 3 hijos.

 

Sñra: Por eso, tanto mis hijos, como mi marido, y todos los hombres que conozco, son unos buenazos.

 

La chica: habrá de todo, buenos y malos, al igual que las mujeres.

 

Sñra:   Que va, las mujeres son todas unas retorcidas

 

La chica: Como dice UD. eso?, teniendo 6 nietas.

 

Sñra: Bueno, son muy niñas, pero a saber………..

 

La chica: (con mucha educación, pero ya se estaba enfadando) Son niñas ahora, pero serán mujeres dentro de poco.

 

Sñra: Yo soy muy machista.

 

La chica: Entonces, todas esas mujeres que fallecen a manos de los hombres, que piensa UD?

.

Sñra: Bueno a saber que habrán hecho.

 

Ahí ya no pude mas, y por respeto a el sitio donde estaba ( mi intención era tirarme a los pelos de ese “orangután” y arrancárselos uno a uno) solo dije: “QUE POCA VERGÜENZA”

 

Me miró y ni se inmutó.

 

Solo puedo decir, que aún hoy, estoy enfadada, indignada y sobre todo dolida, porque todavía, hoy  existen personas que justifiquen y no se avergüencen de pensar, opinar y decir esto que acabo de relatar. Y que encima, una mujer diga esto, me llena de rabia y dolor.

 

 

 

Historia de una celebración

Os cuento:

 

Tengo una amiga que es peluquera, y que por encima de todo es buena persona, servicial, amable, que se desvive por sus amigos, y que aun teniendo el trabajo que tiene, siempre está disponible para todos, su familia, sus amigos, etc.

Todo esto, le sale de adentro, del corazón(lo tiene enorme)y ya no digo nada si le pides un favor. Deja todo y se sacrifica para hacerlo. Ella se jubila, y una de sus clientes y amigas, Carmen, me encuentra por la calle y me dice: Neri se jubila, y como siempre fue, y es tan atenta y amable, me gustaría hacerle una pequeña fiesta de despedida, ¿Qué te parece? Contesto: estupendo, muy buena idea, si quieres te ayudo con la intendencia. Puesto que tú conoces a muchas más clientas que yo, lo vas diciendo por si quieren asistir a la comida. Pero antes, tenemos que concretar todos los detalles para decírselo a la gente.

Esa parte, intenté organizarla lo mejor posible. Se pensó en unos regalitos, en un restaurante céntrico, que no fuese muy caro, pero que estuviera bien, etc., etc. Con todo prácticamente concretado, se lo comenté a Carmen, ya que considero que si de Carmen fue la idea, ella debía tomar la ultima decisión, y además a mi no me gusta ponerme meritos que no tengo. Carmen, estuvo de acuerdo, y decidió decírselo a las clientas que encontrase, pues a todas era imposible, ya que unas trabajan, otras no vienen asiduamente, o no se coincide con ellas y a otras, la verdad es que no nos atrevíamos a comentárselo.(ya que son un poco especiales)

Para que no se nos escapase de las manos, se le dice a cada clienta, que no diga nada a nadie, que Carmen recoge teléfonos, o direcciones y ella se encarga de ponerse en contacto con todas las que pueda. Con todas las que hablamos, algunas no podían asistir a la comida, por sus quehaceres u obligaciones, pero todas cooperaban en los “regalitos”.

A todas ellas les explicamos como iba ser, con los detalles y la excusa que le comentaría yo, para que acudiese al restaurante sin sospechar. Sobre todo insistimos con todas, en la discreción y el silencio. La excusa era la siguiente: Todos los años, en noviembre se hace una comida, una comida que se llama: la comida de las escorpionas, ¿Por qué?, pues somos varias amigas que nacimos en noviembre, y una de ellas es Neri. Se me ocurrió la idea, de reunir a“las escorpionas”, como mínimo una vez al año, para comer y pasar unas risas. Con Neri hablé yo, y le dije: “las escorpionas están libres el 7 de noviembre para la comida, ¿puedes asistir ese día? Me dijo que si, y ya se puso todo en marcha.

 

A una de las personas que van, tuve la desgracia, y digo desgracia, de decírselo yo, y por supuesto le di todos los detallas, e insistí, sobre todo, que no dijese nada, pero claro esta persona, por llamarla de alguna manera, quería su momento de protagonismo, (en todo caso, si hubiese una protagonista sería Carmen, pues era su idea) y fue corriendo a contárselo a la hija Como ya habíamos acordado Carmen y yo, que a la familia (su marido y su hija) no se iba a decir, (aunque lo pensamos pero lo descartamos) por la siguiente razón: Neri disfruta con las pequeñas cosas, y queríamos que fuera su sorpresa,(solo clientes y amigas) y que ella lo comentara (pues sabíamos que disfrutaría muchísimo haciéndolo). Estoy segurísima, que su marido y su hija disfrutarían viéndola contarlo. Supongo que esta “persona”, que sabe de todo,(medicina, política, etc., se cree una erudita) y en todas las conversaciones se mete, le diría a la hija: estamos organizandole a tu madre un homenaje, y bla bla, bla. Pues no, nadie organizó un homenaje, y ella, desde luego que no.

Ella es una persona que aceptó ir, como muchas otras. La diferencia entre ella y las demas, es que las demas cumplieron el pacto de discreción y silencio, y ella todo lo contrario. Se organizó una celebración de jubilación con una comida para ella, de sus clientes y amigas. Quien lo pensó y organizó todo, fue Carmen, y yo la ayudé en lo que pude. Pero ahí no quedó la cosa, cuando viene a traerme el dinero, me dice toda ufana y contenta de si misma: llamé a Evelyn(es la hija de Neri) y le dije que estábamos organizándole un homenaje, y le di todos, todos los detalles. Se puso súper contenta, la invité a la comida y va pedir permiso en el trabajo(es profesora). Me quedé a cuadros y le dije: “¿Pero no te dije, que no dijeses nada a nadie”, que queríamos que fuera una sorpresa?” Contestación: “¿Bueno y porque no se lo iba a decir?, ya sabia yo que me ibas a decir que había metido la pata. Yo:” Pues si, metiste la mata, ya que en caso de decírselo a la familia, sería Carmen la mas indicada, puesto que de ella partió la idea, y si alguien tiene que llevarse algún merito es ella y nadie mas. Y te vuelvo a decir, que era una sorpresa, para Neri y su familia, y quien queríamos que contase la sorpresa a su familia era ella, y nadie mas”. En cuenta de decir” lo siento”, activó el ventilador de la porquería y me dijo: Vale, vale, ya le digo a Evelyn que no quieres que venga, a la comida. Me quedé muerta con esa contestación, pues no era en absoluto eso, lo que le había dicho. Entonces le repito: "a ver chica, yo no te dije eso". ¿Sabéis lo que hizo?: cogió el ascensor y me dejó con la palabra en la boca.

Yo con un disgusto de narices, por una “estupida” que metió la pata hasta atrás, y que encima, no supo o no quiso reconocer que se había pasado, ya no tres pueblos, si no varios países, y para salvarse "el culo", activó el ventilador de la porquería. Esta persona tiene buena amistad con la familia, pero no consiento que nadie mienta sobre mi persona, y que se ponga en boca, palabras que no he dicho.

 

Siempre he sido, y soy responsable de lo que hago y digo. Si me equivoco, pido excusas. No acostumbro a ir con mentiras ni con cuentos, no es mi estilo. Todas las personas que me conocen, lo saben. Me gustan las bromas, las risas, pero sobre todo me gusta la seriedad y el ser persona. Desde luego, repito, no consiento, a nadie, que se ponga en mi boca, algo que no dije, eso si que no.

 

Este escrito es un desahogo, pero como no tengo el teléfono de la hija, llamaré al marido y le daré mi explicación. Mi intención es dar este escrito a Neri, para que lo lea, pues estoy segura, que esta “persona”, se despachó a gusto contra mí.

 

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